Nuevos datos del gran acelerador LHC indican que la partícula
descubierta el pasado verano es la predicha, aunque no se descartan aún
completamente otras opciones
La nueva partícula elemental
descubierta el pasado verano “se parece cada vez más a un bosón de
Higgs”, ha anunciado hoy el Laboratorio Europeo de Física de Partículas
(CERN), junto a Ginebra, resumiendo los últimos datos presentados por
sus científicos. Ahora han analizado dos veces y media más datos que los
que tenían en julio y, por sus características, el nuevo bosón encaja
cada vez mejor con el Modelo Estándar que describe las partículas
elementales y sus interacciones.
Sin embargo, el CERN advierte que no está zanjada la cuestión aún porque
puede ser el bosón de Higgs esperado, pero no se descarta aún
completamente que pueda tratarse de otra partícula similar, “el más
ligero de los varios bosones que predicen algunas teorías que van más
lejos del Modelo Estándar; para conocer la respuesta habrá que esperar”.
Los responsables de los dos grandes experimentos del LHC, el ATLAS y el
CMS, has presentado los últimos datos en la conferencia anual de física
de Moriond que se celebra en La Thuile (Italia).
Luis
Ibáñez, catedrático de física teórica de la Universidad Autónoma de
Madrid, lo explica: “En el caso de las teorías supersimétricas hay otras
tres partículas de este tipo y la más ligera de ellas se parece al
bosón de Higgs del Modelo Estándar”. Pero este especialista se inclina a
pensar que lo que se ha descubierto hasta ahora en el CERN es el bosón
de Higgs esperado. “Es muy improbable [que se trate de la otra opción]
porque en el resto de los datos analizados del LHC no hay rastro todavía
de partículas supersimétricas”.
Las partículas supersimétricas serían un nuevo tipo de componentes
elementales de la naturaleza predichas en las teorías denominadas de
supersimetría, que van más allá del Modelo estándar, y muchos físicos
esperan que aparezca su rastro en los experimentos del LHC, pero hasta
ahora no han hecho acto de presencia.
Conviene recordar que la
nueva y ya famosa partícula, buscada por los físicos desde hace medio
siglo y que ayuda a explicar el origen de la masa, fue presentada por
los científicos del LHC en el CERN el 4 de julio pasado, pero ya
advirtieron entonces que, si bien se trataba de una partícula nueva de
tipo bosón con propiedades que apuntaban hacia el bosón de Higgs
predicho en el modelo estándar, todavía tenían que analizar muchos más
datos para estar seguros de su identidad.
Incluso ahora, con mucha más
información tomada en los detectores, afirman que la búsqueda no ha
concluido.
“Los resultados preliminares con todo el conjunto de
datos de 2012 son magníficos y, para mí, está claro que tenemos entre
manos un bosón de Higgs, aunque todavía tenemos un largo camino que
recorrer para saber que de qué tipo es”, ha declarado, en la conferencia
de Moriond, Joe Incandela, portavoz del experimento CMS.
Para
determinar la naturaleza del bosón, los físicos estudian cómo interactúa
con otras partículas y sus propiedades cuánticas, explica el CERN. Por
ejemplo, un bosón de Higgs debe tener espín (una propiedad física de las
partículas) cero y, en el Modelo Estándar, su paridad (una medida de
cómo se comporta su imagen especular) debe ser positiva, continúan los
expertos del laboratorio europeo, que concluyen: “CMS y ATLAS han
comparado varias opciones para el espin y paridad de esta nueva
partícula y todas tienden a espin cero y paridad positiva, lo que,
añadido a sus interacciones observadas con otras partículas, indica
fuertemente que es el bosón de Higgs”.
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