Conocidas como Xi_b'- y Xi_b*-, fueron predichas por el modelo de quarks, pero no habían sido vistas hasta ahora
Los
responsables del experimento LHCb del Gran Colisionador de Hadrones
(LHC) del CERN ha anunciado este miércoles el descubrimiento de dos
nuevas partículas de la familia bariónica, las formadas por quarks.
Estas
partículas, conocidas como Xi_b'- y Xi_b*-, fueron predichas por el
modelo de quarks, pero no habían sido vistas hasta ahora. Al igual que
los protones que acelera el LHC, las nuevas partículas son bariones
hechos de tres quarks y unidos por la fuerza nuclear fuerte (una de las
cuatro interacciones fundamentales en la naturaleza). Sin embargo, los
tipos de quarks son diferentes.
Las nuevas partículas Xib
contienen ambas un quark belleza (b), un extraño (s) y uno abajo (d),
mientras que el protón está formado por dos quarks arriba (u) y un abajo
(d). Debido a la masa de los quarks b, estas partículas son seis veces
más masivas que un protón.
Sin embargo, los expertos apuntan que
las partículas son más que la suma de sus partes, ya que su masa depende
también de cómo están configuradas. Cada uno de los quarks tiene una
propiedad llamada espín. En Xi_b'-, los espines de los dos quarks más
ligeros apuntan en direcciones opuestas, mientras que en Xi_b*- están
alineados.
Esta diferencia hace un poco más pesada a la partícula
Xi_b*-. "La naturaleza ha sido generosa y nos ha dado dos partículas por
el precio de una", ha declarado uno de los responsables del
experimento, Matthew Charles.
Este científico ha explicado que el
Xi_b'- tiene una masa cercana a la suma de sus productos de
desintegración y, si fuese un poco más ligera, no se habría visto nada.
"Es un resultado emocionante. Gracias a la excelente capacidad de
identificación de hadrones del LHCb, único entre los experimentos del
LHC, hemos sido capaces de identificar una señal muy clara sobre el
fondo", ha apuntado el investigador Steven Blusk.
Además de las
masas de estas partículas, cuyo hallazgo ha sido publicado en Physical
Review Letters, el equipo de investigación estudió sus tasas de
producción y las anchuras de su desintegración (una medida de su
estabilidad), entre otros detalles.
Encajan en las predicciones
Los
resultados encajan con las predicciones de la Cromodinámica Cuántica
(QCD), parte del Modelo Estándar de Física de Partículas, la teoría que
describe las partículas elementales y sus interacciones.
Comprobar
la QCD con gran precisión es clave para mejorar el entendimiento de la
dinámica de quarks, modelos que son muy difíciles de calcular. "Si
queremos encontrar nueva física más allá del Modelo Estándar,
necesitamos primero una imagen precisa", dijo el coordinador de Física
del LHCb Patrick Koppenburg.
A su juicio, "estos estudios de alta
precisión nos ayudan a diferenciar entre efectos del Modelo Estándar y
cualquier otra cosa nueva o inesperada en el futuro".
Las medidas
fueron realizadas con los datos tomados en el LHC durante 2011-2012.
Actualmente está siendo preparado tras su primer parón largo, para
operar a energías mayores y con haces más intensos. Está previsto que
comience a funcionar de nuevo en la primavera de 2015.
La
colaboración LHCb está formada por 670 científicos y 250 técnicos e
ingenieros de 65 instituciones representando a 16 países, entre ellos
España. En este experimento participan la Universidad de Santiago de
Compostela (USC), la Universidad de Barcelona (UB), la Universidad Ramón
Llull (URL), y recientemente se ha incorporado el Instituto de Física
Corpuscular (IFIC, CSIC-UV).
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