Investigadores españoles señalan a un "asesinato estelar" como explicación del enigma de la 'erupción de Navidad'
Investigadores
españoles han descubierto cómo una estrella induce a otra a la muerte,
un asesinato estelar que transcurre en algo más de media hora y a
consecuencia del cual se origina un agujero negro con una masa algo
mayor que la del Sol y un diámetro de unos 20 kilómetros.
La
revista Nature publica esta investigación, realizada por un grupo
internacional encabezado por Christina Thöne y Antonio Ugarte Postigo,
del Instituto de Astrofisíca de Andalucía (Granada), en colaboración con
Miguel Ángel Aloy y Petar Mimica, de la Universitat de València. En
ella se encuentra una explicación plausible al enigma que propone la
erupción de Navidad, una emisión de rayos gamma (GRB, por sus siglas en
inglés) de más de media hora de duración que sucedió el 25 de diciembre
del 2010.
Esta erupción de Navidad, o GRB101225A según su identificación
científica, es el resultado de una estrella de neutrones fusionándose
con el núcleo de helio de una estrella gigante y antigua, a una
distancia de la Tierra de alrededor de 5.500 millones de años luz.
Gigantesca explosión
Este
"exótico" sistema binario pasó por una fase en la que la estrella de
neutrones penetró en la atmósfera de la estrella compañera gigante y al
alcanzar su núcleo se fusionó con él, lo que desencadenó una gigantesca
explosión, inicialmente invisible desde la Tierra, y posiblemente
también el nacimiento de un agujero negro. La tremenda cantidad de
energía liberada por la explosión fue canalizada lejos del centro de la
estrella a velocidades cercanas a las de la luz.
Según Miguel
Ángel Aloy, antes se pensaba que la mayoría de las GRB se asociaban a
estrellas más grandes que el Sol, las cuales acaban produciendo
supernovas.
Pero la erupción de Navidad, según Aloy, es una GRB
"rara", con propiedades distintas a las que se conocían hasta ahora, y
que podría considerarse como una evidencia de que existe una nueva forma
de producir agujeros negros estelares.
"Una estrella masiva muere
formando una supernova, mientras que esta ha sido inducida a la muerte
por su compañera, la cual ha ido cayendo hasta llegar al núcleo de la
estrella, donde se induce una explosión supernova inusual (de hecho,
hubiera pasado inadvertida de no ser por la detección de la GRB) y un
objeto muy compacto, posiblemente un agujero negro", ha explicado.
"Asesinato" en directo Aloy ha comentado que son habituales las parejas
de estrellas (sistemas binarios), "pero nunca se había visto casi en
directo este asesinato estelar".
La propiedad más inusual de esta GRB es
que contiene una "contribución térmica al espectro extraordinariamente
potente", y los investigadores consideran que este componente térmico
supone "un reto para el bien asentado paradigma que explica que la
radiación emitida tras la erupción de rayos gamma es de tipo no térmico
(sincrotrón)".
Las erupciones de rayos gamma son flases de radiación ultraintensa que
pueden llegar a la Tierra desde cualquier dirección del espacio.
Son
fenómenos tan potentes y energéticos que uno solo de ellos puede ser tan
luminoso como todas las estrellas visibles simultáneamente en el cielo,
aunque solo durante unos pocos segundos.
Nueva forma de morir
"Esta erupción realmente nos asombró a todos y tenía multitud de
propiedades anodinas, lo cual nos motivó a considerar un amplio abanico
de posibles explicaciones, incluso algunas relacionadas con la
posibilidad de que este fuera un raro acontecimiento en nuestra propia
galaxia", explica en un comunicado el investigador Petar Mimica.
"La
clasificación de las GRB podría tener que ser revisada a la luz de
estas recientes observaciones, según las cuales, las estrellas parece
que han encontrado nuevas formas de morir", concluyen los
investigadores.
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